viernes, 16 de diciembre de 2011

Para pensar "NUBIFUZ"


“Nubifuz” viene de "nube", nube que sube, sube que nube... al aire acondicionado, a las lámparas, los toldos… ¡Hasta subió a la casa de la vecina! Esta afición de Nubifuz por las alturas trae más de un problema en la casa de Melina (la casa de la mamá, porque sus papás están separados), Todos tratarán, por diferentes medios, de que Nubifuz baje... pero será justamente el papá quien aportará la solución.

“Nubifuz” habla de una familia escindida pero que funciona: los papás de Melina están separados, es cierto, pero entre ellos hay diálogo y el papá está muy presente en la vida de la nena.

“Nubifuz” habla de un deseo, como todos los deseos, casi idealizado (en este caso, el de tener un gato), y habla de cómo este deseo se cumple, pero resulta ser bastante diferente a la fantasía que se tenía, porque la realidad tiene su propia dinámica…

“Nubifuz” habla de la esencia. Nubifuz es así, le gusta subir como una nube… por más que se luche contra su naturaleza, es mejor aceptarlo como es. ¿Y la nuestra? ¿Qué nos hace a nosotros ser cómo somos? ¿Qué es lo que nunca podríamos cambiar?

“Nubifuz” tiene partes divertidas, como los aparatos que inventan para hacerlo bajar de las alturas. ¿Podríamos inventar otros? ¿Qué nombre les pondríamos?

“Nubifuz” es medio nube, claro. ¿Y si inventamos otros gatos con características diferentes?

“Nubifuz” juega con las palabras. Hay aliteraciones en dos oportunidades, con el fin de reforzar la acción que se cuenta con la sonoridad de las palabras:

“Parece que el muy minino había saltado del toldo de nuestro patio hasta su balcón, del balcón a su sillón y del sillón a su almohadón…

“Cuando la lluvia cae, Nubifuz también. Se enrosca como rodete y rrr…”

“Nubifuz” tiene metalenguaje: ¿Cómo la nena va a leer el libro que cuenta la historia de lo que en ese momento está viviendo? La ficción queda al descubierto, haciéndonos cómplices de la lectura, la misma que Melina lee a la par nuestro.

Espero que mis reflexiones sirvan para ser pensadas pero también para abrir otras nuevas, distintas, las de ustedes. Las que cada uno, como individuo lector, pueda, quiera y necesite tener.

Dedé

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